El ex juez de Texas Edward Prado, quién fue propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para ocupar el cargo de embajador dijo que vendrá a Buenos Aires con el objetivo de “mejorar el sistema judicial”. Así lo declaró ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense presidido por el senador cubano Marco Rubio.
El senador del Frente Para la Victoria Marcelo Fuentes lo calificó como “declaraciones propias de un virrey”. “Es muy grave que se pretenda interferir en un poder que es parte integral de la soberanía nacional”, sostuvo Fuentes.
“No son casuales, se dan en el marco de la pérdida de soberanía que el gobierno de Macri viene ejecutando desde que asumió el poder y la embestida de los grupos monopólicos contra las políticas independientes en América Latina”, afirmó el senador Fuentes.
Más que grave, gravísimo. No solo se inmiscuye en decisiones propias de un estado soberano como el Argentino sino que en el contexto que se da, con una Policía y demás fuerzas de seguridad que tienen el visto bueno del presidente y la borracha Bullrich para matar y después preguntar; y un Gobierno que es la muerte misma, se da pié a que se quiera imponer la pena de muerte en nuestro país. No olvidar que viene de Texas, un estado donde se aplica a rajatabla esta pena.