Para alquilar un departamento de un ambiente en la ciudad de Buenos Aires se necesitan como mínimo 15 mil pesos. Según un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, el valor promedio de un alquiler tradicional para departamentos de un ambiente ronda los 12 mil pesos y 3 mil pesos de expensas; para los dos ambientes el valor sube a 14 mil pesos y 3500 pesos de expensas; y para los tres ambientes el valor promedio de alquiler ronda los 20 mil pesos y los 4400 pesos de expensas. En la Ciudad del total de inquilinos un 57% elige las opciones tradicionales, con contratos de dos años.
Según el estudio, “a la mitad de la población ocupada -que percibe ingresos inferiores a $20.000- le resulta prácticamente imposible afrontar todos los gastos asociados a alquilar una vivienda y al mismo tiempo mantener niveles elementales de consumo: el dinero que les queda es de subsistencia y los convierte en hogares pobres en barrios de sectores medios”.
Desde la Defensoría sostienen que el Programa de Atención a Inquilinos recibe diariamente a decenas de personas que necesitan rescindir anticipadamente su contrato. Generalmente, “son familias que necesitan mudarse a departamentos más pequeños, o se ven obligadas a buscar locaciones informales y muy alejadas del hábitat digno, o deben cambiar a sus hijos de colegio, o distanciarse del trabajo, gastando más aún en transporte”
En el caso de los alquileres temporarios, los valores promedio para los monoambientes superan los 20 mil pesos de alquiler y llegan a casi 3000 pesos de expensas; para los departamentos de dos ambientes el valor promedio de alquiler supera los 23 mil pesos y los 3300 pesos de expensas; y para los tres ambientes el alquiler llega casi a los 30 mil pesos mensuales y los 4400 pesos de expensas. En territorio porteño, un 43% de los inquilinos elige la opción de alquiler temporario, con contratos de entre 3 y 12 meses de duración. Suelen ser jóvenes migrantes (externos o internos) que llegan a Buenos Aires con intenciones de radicarse pero no cuentan con todos los requisitos para tener un alquiler tradicional. Pero no están de paso: estudian, trabajan y desarrollan su vida en la Ciudad.
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