El Tribunal Superior Electoral (TSE) brasileño impugnó la candidatura del líder obrero para las elecciones presidenciales del 7 de octubre próximo. Lo hizo a través del voto mayoritario de 6 de los 7 jueces que integran el órgano.
Los magistrados invocaron la ley de «Ficha Limpia», que impide la postulación de quien tenga una sentencia en segunda instancia. De esta manera, Luiz Ìnacio Lula Da Silva quedó proscripto de cara a los comicios que definirán al sucesor del golpista Michel Temer.
Los abogados de Lula habían enviado al TSE sus alegatos finales, de unas 200 páginas, el jueves por la noche, una hora antes de que venciese el plazo legal y el PT había denunciado la celeridad de la inclusión del tema en la agenda de la Corte. «El TSE comete otra violencia judicial contra Lula y el pueblo que quiere elegirlo presidente», afirmó el Partido de los Trabajadores en un comunicado.
Frente a la decisión del Tribunal, el espacio que proclama la postulación de Lula tiene dos opciones: apelar a la Corte Suprema brasileña (en donde las chances de revertir el fallo son escasas) o elevar a Fernando Haddad, actual candidato a vice como postulante a Presidente.
Como fuera, la figura de Lula encabeza la intención de voto en los sondeos preliminares, que lo ubican como favorito, incluso con posibilidades de triunfar en primera vuelta.