Informe especial de Fermin Mandiola desde el Bolsón
Desde el domingo 7 de marzo, los vecinos de El Maitén vieron con preocupación el incendio iniciado en la estancia Mallín Cumé, que se propagó a la zona de El Boquete.
Hasta el momento, era el único foco de incendio activo en la Comarca Andina, y es por ello que los aviones del Plan Nacional del Manejo del Fuego se concentraban en la zona.
Tanto la comunidad Cañio, como otros vecinos cercanos al Cerro Azul, se prepararon para mantener en pie sus casas y salvar la mayor cantidad posible de tierras. Pero a partir de la tarde del martes 9, la situación se agravó.
Con una llamativa y sospechosa sincronía de tiempos, las localidades de Epuyén, Cholila, Lago Puelo, El Hoyo y Bolsón, presentaron nuevos focos de incendio. Y uno de ellos, iniciado en la ladera del Cerro Piltriquitrón, en Bolsón, cruzó el cerro y encerró a los vecinos de El Maitén.
Desde la comunidad Cañio, su werken Marilyn Cañio responsabiliza al Estado, a las mineras y a la intendencia de El Maitén: “Han arrasado con todo, y este bosque es lo único verde que nos queda. No nos ayudó el intendente ni tampoco la provincia, lo hizo la propia comunidad, con ayuda de voluntarios”.
En cuanto a las graves acusaciones sobre la complicidad de grupos mapuches en el inicio del fuego, Marilyn aclaró que “el Estado argentino busca tapar sus mentiras, involucrándonos a nosotros. Esta comunidad desde el 2010 viene combatiendo contra un mega proyecto turístico que impulsa la intendencia de El Maitén y la provincia del Chubut, por eso no es novedoso que nos estén negando un poco la ayuda. Nosotros defendemos este bosque desde hace 150 años”.
Por otra parte, Marcelo Santos, un productor de la zona gravemente afectado por los incendios, relató lo vivido: “Pudimos salvar la casa gracias a la ayuda de mucha gente que se acercó, aunque sí perdimos muchas forestaciones y mucho bosque nativo”. En cuanto a un posible aporte del gobierno nacional y provincial, Marcelo aclaró que “necesitamos una ayuda para la alimentación de los animales y reponer los alambrados. Son entre 500 y 700 las hectáreas quemadas solamente en mi terreno, con árboles plantados en los ’90 que este año se iban a utilizar. Las pérdidas son incalculables, quizás recién mi hija llegue a ver todo esto como estaba antes del incendio”.
De igual manera, Juan Tronando, otro de los vecinos rodeado por los dos focos deincendio, explicó que “si el fuego corría unos metros más, hasta el pinar del aeroclub, la situación hubiera sido desastrosa”. En ese sentido, agradeció a Ruiz, un empleado de la Municipalidad, que “si no lo paraba ahí (en las inmediaciones de su terreno), el fuego sigue hasta la ciudad”. Consultado sobre la asistencia recibida, Juan contó que “la ayuda vino de todas partes. Amigos, vecinos, la Municipalidad, los bomberos y otros productores de la zona. Era un mundo de gente”.
El saldo fatal de estos incendios fue la muerte del peón rural Sixto Garcés, que fue hallado cerca de su caballo cuando intentaba liberar a los animales que tenía a su cuidado. El rápido cambio del viento del incendio iniciado en el Cerro Piltriquitrón, lo encerró en la zona del cerro azul, donde fue hallado dos días después por unos chicos de la zona.
Relatos de una ciudad que estuvo rodeada por el fuego y hoy continúa peleando para que los incendios no se propaguen. Actualmente continúan los focos encendidos en El pedregoso (el Hoyo), Epuyén, y El Maitén, y las altas temperaturas en la Comarca Andina no brindan un buen panorama.