Micaela Rivero, responsable del área de Certificación de Pilas y Baterías, encargada de controlar y ensayar las importaciones que ingresan al país, es una de las 258 personas despedidas hace un mes en el INTI.
Micaela forma parte del INTI desde el 2007, a lo largo de 10 años se capacitó para convertirse en la única certificadora de pilas y baterías del país, rol clave para garantizar la calidad de estos productos y la seguridad de los usuarios.
La certificación obligatoria comenzó en el año 2007 debido a las irregularidades y faltas de controles que existían en las importaciones. A partir de la implementación de la ley 26.184/07 lo que se regula es la calidad de las pilas y baterías: por un lado que no excedan la cantidad mínima permitida de plomo, mercurio y cadmio y, por otro, que cumplan con la descarga eléctrica establecida.
Actualmente y debido a la desvinculación de la única persona encargada de controlar y certificar estos productos, todos los embarques de pilas y baterías así como cualquier producto que las contenga (desde juguetes hasta equipos médicos), están frenados en la aduana por la falta de certificación generando gastos millonarios y frenando por completo su comercialización.
